sábado, 12 de agosto de 2017

PENSAR …

Cuando la vida se compone de momentos esos que le dan significado a lo que hacemos, cuando la vida se observa desde la luz que ilumina callejuelas, pasadizos, pasajes, veredas, pasamanos, cornisas, desfiladeros, subterráneos, el bolso de viaje, los pliegues de una colcha... Cuando la vida se viene encima y en la soledad de una canción, un poema… las horas se desmenuzan para abrir las puertas y cortinas de una casa que ni tiene dueño.

Cuando se piensa mucho podría quedar sin argumentos.
A VECES… 

Bajo los designios, bajo la antipatía de los tiempos que se esmeran de días contados por un minutero, las veces que el sol sube y baja desde el techo de mi casa. Hay entre el verano y las palabras de lluvia, un tono parecido al de tu nombre que me queda colgando entre tus ojos y esa sombra persistente de tus pies cuando te marchas.
A veces alguien revela sin meditarlo un gesto tuyo, una caricia… las cortinas vuelven a su estado ocre y la nostalgia de una sopa huye en la voz de una canción mal desmenuzada a través del computador. Entonces caminas por este río mío, en esa línea titubeante de mis sueños como esa lucha desesperada del peregrino y su tierra.

A veces la libertad tiene que ver con corazones heridos.

TAN SIMPLE

Felicidad y libertad existen me dices mientras subes por mi vientre y tus manos se pierden desde el fuego de tu boca que estremece mis entrañas y las hace nudo de fertilidad en ese goce supremo… Entonces, este ritual es el viaje que necesito, tan simple como envolverme de sudor bajo tu cuerpo y ver pasar mis días a través de la claridad de tus ojos, allá al fondo me sostienes en el agua azul que se trasluce al abrir y cerrar tus ventanas.

Cuánto puede hacer la vida por una hoja solitaria, me digo porque es inútil desgranar las desilusiones… no entendería el alma. 
QUIÉREME

Quiéreme como si fueras suicida saltando a un pozo profundo, un salto al abismo un signo en tu cuerpo.

Quiéreme.

Ya no hay nada certero en este siglo ni la fe, ni los sabios de siempre sus voces se apagan entre hojas de periódicos.

Quiéreme.

Con esa pasión de tus años que abren las puertas de mis emociones desatas mi pelo sobre esta cama en donde tus dedos tocaron mis sueños y se hizo de azul la cortina, la alfombra, la lámpara ...

Quiéreme.

Yo seré de ti y para ti hasta el último de mi tiempo con esa entrega de vida de aliento y respiro en la construcción de un destino una pradera de raices blancas.

Quiéreme.

En esa libertad como vuelo de cóndores sobre la cordillera, sobre un arrecife, sobre la tempestad. Un juramento de vida y muerte mucho más que sangre saliendo de esta daga, de esta vena ... cariño mío libertad.

Quiéreme ...