A VECES…
Bajo los designios, bajo la antipatía de los tiempos que se esmeran de días contados por un minutero, las veces que el sol sube y baja desde el techo de mi casa. Hay entre el verano y las palabras de lluvia, un tono parecido al de tu nombre que me queda colgando entre tus ojos y esa sombra persistente de tus pies cuando te marchas.
A veces alguien revela sin meditarlo un gesto tuyo, una caricia… las cortinas vuelven a su estado ocre y la nostalgia de una sopa huye en la voz de una canción mal desmenuzada a través del computador. Entonces caminas por este río mío, en esa línea titubeante de mis sueños como esa lucha desesperada del peregrino y su tierra.
A veces la libertad tiene que ver con corazones heridos.
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