sábado, 21 de diciembre de 2013

FLORES EN EL PELO

Estuvo un rato observándome, afuera el aire sucumbía por los pasajes, el sol quemaba fuerte sobre el asfalto y otro tanto, daba justo en los ventanales. Era el chico de veinte años con sus ojos, cabellos y sonrisa de veinte años. Manos en los bolsillos, traicionado por ese pequeño gesto, intuí; temía revelarse. Bajó la cabeza cuando me dispuse a hablarle, repasó con un dedo las líneas de los bordes que se contabilizaban en mi escritorio. No puedo precisar el tiempo dado en ese acto, sin embargo tenía el impulso de tocarlo. Adivinando esta intención, paseó uno, dos pasos hasta quedar casi rozándonos la nariz. El chico de veinte años, con sus ojos, cabellos y sonrisa de veinte años, sacó sus manos de los bolsillos para alargarlas hasta mí: “tienes flores en el pelo”.


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