sábado, 6 de febrero de 2016

RUTA I

Y dije sí porque pensé en la muchacha aquella con su sombrilla refugiada de no sé qué.
La noté distraída oprimiendo una mochila observando no sé qué.
Y dije sí porque soy un bobo coleccionista de estampillas como si eso fuese coleccionista de fotografías decadentes o maravillosas de rostros y de pasos que hacen crujir el pavimento.
Soy estúpido por observar tantas veces como repetidas son las vueltas de un bus oruga por las calles de esta ciudad maltratada por los periódicos y las clases subterráneas que desde no sé cuándo portan armas de todo tipo sumándose a la mala fama de los barrios neoyorquinos o las favelas y su deplorable e insana pobreza de gente sin zapatos o tirada al sol.

Y dije sí con una sonrisa a medias con esa inseguridad que me cuelga del pelo a la chaqueta sumando golpes pequeños con los dedos y viendo desaparecer ese monosílabo susurrante en mi cabeza. 

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