Este es
el último de mis vinos, leo con dificultad la etiqueta y razono…
La
lluvia afuera cae sin piedad contra los granos de uva y los gorriones insisten
como equilibristas sobre los cables eléctricos. La nubosidad de un mal día tal
vez. Esta casa sin ruidos por eso destapo la botella y vierto en una copa. A
veces descubro mis sueños entre las líneas de un escrito en un diario “se vende
parcela a bajo costo” “se vende Toyota último modelo” “busco marido de
cincuenta años” “vendo biblias” … En las
afueras de este pueblo los autos veloces buscan destino y las aves que
peregrinas dan saltos en los sembrados asustadizas de los gatos. No suelo dormir, mis rincones desiertos, no
guardo cuadros para colgar ni esos adornos obsoletos que indican este es tu
hogar o tu estilo como esas mujeres sofisticadas con tanto rush en los labios. Apilo
libros de diferentes autores en una pequeña mesa de escritorio los leo de a uno
a hojas saltadas cuando tengo ánimo copio algunas frases no sé para qué la
filosofía de toda esa gente perdida, me digo cuando los miro de reojo entre la
tele y la ventana. Y voy por esta ruta incierta de una caja con agujeros allá
afuera alguien como yo pase un mal rato con esta lluvia que destroza los granos
de uva que nunca cosecho y haga temblar los cables eléctricos donde gorriones
insisten en el trapecio.
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