TU
LIBRO
Hundirme
de pasión en esa poesía tuya que me estimula el alma a ojos cerrados en una
barcaza allá lejos con esa musiquilla de versos que corren desde las hojas de
tu libro hasta las arterias que cruzan mis sentidos, mis células… mi entraña.
Estoy
hilvanando tus palabras en el ruedo de mi vestido, trenzándolas en mi pelo,
jugando con mi boca, apretándola con mis labios.
Tu
poesía que es agua de ningún manantial, de ninguna vertiente pues no va hacia
ningún mar sino se queda para el goce de mis manos, de mi vientre, de mi cara,
de este corazón.
Y ser
tú mi poesía con esas manos que escriben, en esa fe del hombre y su amor llano,
profundo, claro, imbatible, sincero, almácigo de una reserva cósmica irreversible
y cálida con que se abre este universo de ser tú mi poesía que se guarda y se
muestra bajo y sobre mi piel, de estar lejos o cerca, de tu libro azul que se duerme entre mis
piernas cuando la noche es larga y no deja de llover.
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