Atravesando la calle oscura, apuro el tranco, nadie
me sigue, el ruido de la fábrica, el tren y las luces parpadeando. Añoro el encuentro de
tú, viniendo a mí, detrás de esa oscuridad y ver que nunca es de noche y las
mañanas paseándose por nuestra almohada y las veces que mojo el pelo adentro de
la ducha y las veces que saco monedas de los tantos bolsillos de esta vida mía
que anda a ciegas y no sabe cuando amanece porque todo está dentro de una mala
jugada que ni sé de reglas ni acertijos, moralejas que no entiendo, ni aprendo,
hago siempre malas jugadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario