– Me
llamo Amapola, mis amigos me dicen Poly o Polilla como quieras, da igual ¿y qué
haces? Apuesto que trabajas detrás de un computador, con esos lentes y tu
peinado al lado como señorito… ahm disculpa es broma… ya te dije me da risa
verte, como clar ken viste Súperman, divertido, Súperman, hay tantas películas
de Súperman pero ninguna buena, potente, atrevida, ninguna que lo catapulte
como el astro que es en los cómic, Súperman no es tan imbécil como lo muestran
en el cine, me cargan que lo fastidien… bueno ya no hay superhéroes - y como si hubiera dado con la clave exclamó
- ¡tú eres mi superhéroe! Sí! Lo olvidaba, gracias por tu oportuna
intervención, me salvaste ¡Súperman! – Tuve deseos de salir de allí volver a
conducir mi auto y regresar a la casa de mis padres, dormir en la hamaca bajo
el parrón y escuchar de lejos las garzas que se esconden en el maizal. Por lo
tanto guardé silencio mucho rato, contrariado sin poder resolver. - ¡vámonos! –
Dije al fin – te llevo a tu casa, quiero dormir – Tragó por última vez un sorbo
de café, apuró otro pedazo de pan humeante y admitió con la cabeza mientras
colgaba un bolso sobre el hombro.
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