miércoles, 12 de febrero de 2014


SIN CONTESTACIÓN

Escribiendo una carta  sin contestación, las líneas desordenas de ideas pasajeras como si estuvieran tendidas sobre el alambrado a punto de caer al suelo en esa fragilidad que tiene a veces la memoria.
Los párrafos de una carta en tinta, con borrones, titubeando entre el papel y la razón que se pudiera entender el forcejeo mental de quien la escribe y se pudiera entender que es un asunto de dos … pero la carta no tiene contestación.

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