JUEGO DE SEDUCCIÓN
Entonces
me dijo “nena, estamos en el mismo ruedo” quise zafarme de su encanto
él,
insistía con esa sonrisa de quien trae algo que darte, apretado en el bolsillo.
Y yo con
ese desastre fatal adentro de mi cabeza. El tipo trasandino jugaba con el sol
en los ojos y el cabello vaporoso deslizado, como si fuesen hilos de seda,
hecho melena.
El
pasado y el presente a un barco de papel, el destino que naufraga, pensé.
Miro al
trasandino y su sonrisa perfecta en esa seducción que ni quería se produjera…
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